No quiero sufrir más, no lo soporto.
Ya te vas a acostumbrar a estas decepciones, así es el amor.
No, el amor no es lo mío me parece.
No digas pavadas.
Es así, te juro. Yo no lo soporto más esto. Yo no me quiero, me detesto. Y mientras yo no me quiera nadie más me va a querer. Yo estoy acostumbrada a odiarme, y nunca lo voy a poder cambiar eso.
Hay flores más fáciles, y otras más difíciles, pero todas en algún momento se abren y sueltan su esencia.

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